En mi búsqueda
de un concepto capaz de unir mi propia definición sobre lo que es un arquitecto
contemporáneo y proyectar un elemento (traje, prótesis, performance…) que reflejase
el cuerpo como medio de supervivencia frente a la ciudad contemporánea.
Intente
buscar cualquier cosa que realmente representara físicamente una lucha real
entre el cuerpo y la ciudad, al principio se me ocurrió la idea de la lucha
entre la parte impulsiva, la parte emocional y nuestra parte cívica, nuestra
parte racional. Sin dejar de lado esta idea más teórica, se me ocurrió la idea
del Parkour que se basa en un principio muy simple como es el desplazamiento entre
dos puntos lo más fluidamente posible en un entorno urbano, usando principalmente
las habilidades del cuerpo humano. Esto significa que para desplazarse tiene
que superar los obstáculos que se presenten en el recorrido, desafiando así el
medio con el que coexiste.
Esta
disciplina deportiva me servia solo en parte ya que representaba perfectamente
la lucha entre el cuerpo humano y la ciudad, pero no para definir mi propio
concepto sobre lo que es y significa ser un arquitecto contemporáneo o eso creía
yo. Tras ver unos cuantos videos y leer algunos artículos sobre parkour entendí
la filosofía de esta disciplina urbana.
El parkour al igual que la arquitectura
representa para quienes lo practica una filosofía de vida. Claro está que no hay una filosofía específica
y rígida para el arte en concreto, sino que para cada uno significa una cosa
distinta. Para unos puede ser simplemente un hooby con el que se entretienen,
pero lo viven; y para otros su vida gira en torno a él, otros pueden sentirlo
como un arte con el que se expresan, y para otros es una filosofía de
autosuperación, o simplemente una forma de diferenciarse del resto de la gente.
Un buen “traceur”
como se denominan los practicantes del parkour, nunca molesta a la gente o al
entorno, nunca pone en peligro su propia vida si no está seguro de que
conseguirá cierto salto y nunca compite contra otras personas. Estos
conceptos también encajaban muy bien en mi idea de arquitecto contemporáneo el
adaptarse a las condiciones del entorno, nunca hacer las cosas sin sentido y la
no competencia, porque uno no lucha contra los demás sino que lucha contra si mismo.
Como el
parkour no es competitivo, simplemente es individual, algunos traceurs optan
por hacer "reuniones" masivas en las que se muestra a los demás
traceurs el progreso, la técnica y otras características, aunque normalmente no
se hace. Se suele hacer un recorrido y cada uno opta por hacerlo de una manera
propia. Estas relaciones sociales también se pueden encontrar en el ámbito arquitectónico.
Hay arquitectos que trabajan solos, otros por parejas, etc. Y cada individuo o
colectivo sigue y saca adelante sus propias ideas de una forma totalmente
diferente al resto.
El objetivo
del parkour es el movimiento libre y fluido. No existe ninguna regla en el
parkour, simplemente un espíritu de autosuperación. Su lema es: “Ser y Durar”.
Esto significa que uno no tiene que ponerse en peligro e ir superándose cada
día, y no debe competir ni intentar superar a los otros. También tiene que
confiar en sí mismo y no tener miedo, sin ponerse en peligro.
En definitiva
el parkour y la Arquitectura son dos formas de vivir la vida de una forma totalmente diferente la una a la otra, pero en realidad su forma de afrontar las adversidades y el desarrollo como persona que producen en sus practicantes es el mismo.
http://pblmtz.blogspot.com/
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